El TAU inicia la carrera hacia su sexto entorchado copero ante un Pamesa errático e imprevisible
Los azulgranas han batido a los taronjas en el choque jugado esta temporada
Spahija cuenta con piezas suficientes para sorprender a cualquiera a un solo partido
Un momento grande, el primer subidón de adrenalina de la temporada. Pulsaciones desbocadas, tránsitos de la euforia a la frustración en un nanosegundo. Llega la Copa del Rey, territorio minado para los confiados, un trampolín para la ambición. Es el mismo espacio donde el Baskonia comenzó a forjar su leyenda hace década y media. Entonces iba de 'outsider', pero ahora lleva el peso del gran favorito sobre sus espaldas. Nada nuevo para un equipo ya acostumbrado a convivir con el vértigo de las alturas, siempre al acecho de un título.
No es sólo su arrolladora trayectoria en la presente temporada en la Liga ACB la que le coloca como valor seguro en las apuestas. La tradición también pesa. Pocos equipos son tan cancheros como el Baskonia en este atracón baloncestístico condensado en cuatro días. Acumula cinco títulos de Copa y ahora busca el sexto. La escuadra de Ivanovic no se conformará con menos; pero, de momento, vive en el más absoluto presente; el escalón de cuartos contra el Pamesa. El primer peaje hacia la gloria se cruza hoy avanzada ya la jornada inaugural, después del clásico Real Madrid-Barcelona.
Lo definió Pete Mickeal en el arranque de la semana. «No hay mañana» más allá del conjunto valenciano. Insistió ayer Dusko Ivanovic en la misma idea antes de partir hacia Madrid. La escuadra vitoriana borra del disco duro el ayer más reciente y cualquier expectativa de futuro. No quiere que ni el balance de 20-2 liguero ni la reciente derrota ante el Real Madrid nublen su mente. No hay más enemigo sobre la faz de la tierra que el Pamesa, con Neven Spahija afanándose en que el traje de gala le ajuste de forma decorosa a un equipo errático y en convulsión, armado de calidad pero imprevisible.
Negar la sorpresa
El duelo propone una estampa clásica en toda Copa del Rey: desequilibrio de fuerzas, un favorito claro y un aspirante obligado a conjurar el tópico copero que dice que sorpresas, haberlas haylas. Mientras el Baskonia presenta intacta toda su batería de jugadores, el Pamesa lleva semanas condenado a vivir sin Víctor Claver y con goteras en la línea exterior desde el despido de Rubén Douglas. Si el TAU transmite la sensación de escuadra granítica, convencida de su ideario, el rival taronja parece un proyecto obligado por enésima vez a rectificar sobre la marcha. A los de Ivanovic les toca negar la sorpresa, confirmar el pronóstico de los apostadores menos temerarios.
Sin embargo, pronosticar un paseo militar azulgrana puede ser letal. Neven Spahija cuenta con piezas suficientes como para sorprender a cualquiera a un solo partido. Y en la casa baskonista saben de la capacidad del preparador croata para hilar fino en la preparación cuando la cita es trascendental. Atención máxima por si cae alguna trampa táctica o al Pamesa le da por ponerse en zona.
El momento también anima a tirar de historial. El Baskonia ha superado al Pamesa tanto en el choque liguero de la presente temporada (73-91) como en las dos últimas citas que han protagonizado ambos equipos en la Copa del Rey (Madrid'06 y Valencia'03). Los levantinos alimentan el ánimo recordando el título logrado en Valladolid'98, en el que arrancaron mandando a casa al TAU dirigido entonces por Sergio Scariolo y que llegaba a orillas del Pisuerga en plan rodillo. Hoy se abre un nuevo capítulo y al Baskonia le toca imponer la lógica.
c.p.arrilucea@diario-elcorreo.com
C. PÉREZ DE ARRILUCEA | VITORIA
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