La segunda fase del Euro-Basket que se efectúa actualmente en España corre a partir de la fecha, con 12 equipos habiendo superado la primera criba, tras tres jornadas intensas, de arduo batallar y donde aún no hay nada escrito. El evento es resbaladizo, sin tramas, no vislumbra favoritos y las hegemonías parecen cosas pretéritas. Las últimas cuatro versiones han parido igual número de campeones y en ese lapso siete equipos han subido al podio. Para más, España actual monarca del mundo nunca lo ha ganado.
Rusia, Lituania y Eslovaquia corren invictos con marca de 3-0. Nowitzki, Parker, Gasol, Gurovic, Turkoglu, Kirilenko, Biedrins, Milicic y Jasikevicius corren para ser figuras y el base de Indiana Pacers, pese a no tenerlas todas consigo dentro del gran escaparate pretende acarrear a su equipo y colocarse al frente de todos los iconos del momento, por lo menos, dentro de las tierras señaladas como viejo continente.
Grecia, actual campeón, Israel, Croacia, España, Portugal, Alemania, Turquía, Francia e Italia son las otras naciones que buscan una de las dos plazas en disputa para los Juegos Olímpicos del año venidero. Los ocupantes de las posiciones tres a la seis irán al repechaje de julio venidero, en una sede aún por designar.
Los clásicos europeos suelen sonarnos muy lejanos en tierras americanas, pero cada vez captan más incondicionales. Lejos han quedado los tiempos donde las noticias circulaban a paso de tortuga y las fronteras muy distantes: como una vez leí en una revista francesa: “esperamos encontrar un gigante monumental perdido en las selvas de Guatemala”. La misma NBA se vuelca sobre los espectáculos articulados en Europa. Desde esas tierras de colonizadores y conquistadores, piratas y corsarios, se ha impuesto el ritmo de las competiciones de envergadura, amen de ser la fuerza económica que mayores aporte realiza a la entidad rectora de la disciplina y de ser yacimiento inagotable de nuevas figuras.
Los que han permitido esta superioridad internacional son inconmensurables, pero algunas figuras asaltan la memoria, entre técnicos, jugadores y propulsores. Pedro Ferrandiz, Sandro Gamba, Kresimir Kosic, Borislav Stankovic, Leon Bouffard, William Jones, Robert Busnel, Ferenc Hepp, Raimundo Saporta, Decio Scurri, Nikolai Semashko, Radomic Shaper, Ranko Seravica, y vaya sumando usted.
El EuroBasket se efectúa desde 1935 y esa vez Letonia se llevó la final. En 1947 participa por primitiva ocasión la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y de inmediato se hizo con la prenda dorada; entre 1957 y 1971 ganó de manera consecutiva en 11 ocasiones. Yugoslavia es quien más cerca ha estado, con tres títulos al hilo.
Egipto estuvo una vez envuelto en estas competencias, pese a estar en África. Caso similar es el de Israel. Los egipcios se hicieron con el tercer lugar en 1947 y ganaron dos años después en el certamen que ellos organizaron, jugando a las sombras de las pirámides. Dos dominicanos, Julio Gamez y Antonio Sibilio vistieron la camiseta española, lo mismo sucedió con el argentino Juan Domingo De La Cruz. Pero hombres de todas las latitudes han corrido por allí. Los rusos tienen desde el 2005 a Jon Robert Holden, un base de excelente desempeño, de color y nacido en Estados Unidos, algo jamás imaginable 30 años atrás. Detallar situaciones no nos permitiría concluir en ningún tiempo.
Los anfitriones y campeones mundiales son una opción real al titulo, su caída frente a los croatas en la conclusión de la primera ronda, les valió para ver cortada su racha de 28 triunfos de manera continua. El grupo está virtualmente intacto y la llegada de Garbajosa en el último instante aumenta muchos intangibles. Es un grupo ambicioso para luchar por lo más alto y cinco medallas de plata, después de cinco amargas finales, es un aliciente para tratar de estar en el podio y no quedar en el camino frente a los propios.
Los griegos son una fuerza de primer orden, gracias al trabajo incesante, la fuerza del capital y algunas ayudas fuera del terreno de juego, ya no está Galis, pero el quinteto de Panagiotis Yannakis está trabajado, bien formado y es un rival temible para los restantes competidores. Campeones de Europa en el 2005 y subcampeones en Japón 2006, indican muchos años en un altísimo nivel. Los titulares más que impresionar hacen temblar al contrario, Diamantidis, Spanulis, Kakiuzis, Fotsis y Papadopulos.
Los lituanos van por todas de la mano de Jasikevicius, el más novel de las grandes figuras bálticas y del entrenador Ramiunas Butautas. Los croatas tienen todo un arsenal dentro de si, con Planinic, Giricek, Vujcic y Kasun, entre otros, pero desde 1997 han ido de fracaso en fracaso, “muchos egos” dicen unos, pero son siempre una mala noticia para sus rivales. Los rusos asustan pero son una incógnita, en cualquier momento podrían hacer sonar las alarmas con un Kirilenko entonado.
Los eslovenos como sus similares balcánicos resultan imprevisibles, anduvieron de manera excepcional en la primera vuelta y están plantando la cara. Francia es Tony Parker, pero necesita de otros vestigios como Doris Diaw, Ronnie Turiaff y compartes son un ejemplo de lo que se llaman especialistas del juego. En la actualidad lucen estar a tope de sus posibilidades. Turquía tiene de todo un poco, veteranía, juventud y excelente manejo, detrás Okur, Turkoglu, Kutluay, Tunceri e Ilyasova y con esta mezcla buscarán seguir adelante.
Me encantó un comentario que encontré navegando por diferentes paginas, crédito y mis excusas para sus autores (las excusas por no recordar la página): “los alemanes tienen una receta mágica y la explotan al máximo: tres hombres bajitos que meten triples, uno alto que rebota y Nowitzki”. Italia depende en estos momentos de Andrea Bargnani, pero quien en estos momentos no está al tope de sus condiciones físicas, pero tienen esa garra azurra que saben utilizar muy bien.
Los serbios han sido el gran fiasco de la primera eliminatoria, muchos fracasos consecutivos para una nación que ha barrido en todas las competiciones de categorías formativas. Ser eliminados en un grupo donde además estaban Rusia, Grecia e Israel no tiene ninguna justificación. Pero queda la esperanza de que en poco tiempo más estarán de nuevo en la elite mundialista.
El día 16 de los corrientes esta competición llegará a su clímax, en el Palacio de los Deportes de Madrid, quizás no será como su par americano, en la ciudad del juego, pero de que hay mucho en juego es una verdad tan grande, como que mañana habrá otro día. Seguiremos presintiendo que el basket es nuestro vivir, que tan solo verlo nos hace felices y las sonrisas seguirán dibujándose.
Luis R. Madera Campillo
Rusia, Lituania y Eslovaquia corren invictos con marca de 3-0. Nowitzki, Parker, Gasol, Gurovic, Turkoglu, Kirilenko, Biedrins, Milicic y Jasikevicius corren para ser figuras y el base de Indiana Pacers, pese a no tenerlas todas consigo dentro del gran escaparate pretende acarrear a su equipo y colocarse al frente de todos los iconos del momento, por lo menos, dentro de las tierras señaladas como viejo continente.
Grecia, actual campeón, Israel, Croacia, España, Portugal, Alemania, Turquía, Francia e Italia son las otras naciones que buscan una de las dos plazas en disputa para los Juegos Olímpicos del año venidero. Los ocupantes de las posiciones tres a la seis irán al repechaje de julio venidero, en una sede aún por designar.
Los clásicos europeos suelen sonarnos muy lejanos en tierras americanas, pero cada vez captan más incondicionales. Lejos han quedado los tiempos donde las noticias circulaban a paso de tortuga y las fronteras muy distantes: como una vez leí en una revista francesa: “esperamos encontrar un gigante monumental perdido en las selvas de Guatemala”. La misma NBA se vuelca sobre los espectáculos articulados en Europa. Desde esas tierras de colonizadores y conquistadores, piratas y corsarios, se ha impuesto el ritmo de las competiciones de envergadura, amen de ser la fuerza económica que mayores aporte realiza a la entidad rectora de la disciplina y de ser yacimiento inagotable de nuevas figuras.
Los que han permitido esta superioridad internacional son inconmensurables, pero algunas figuras asaltan la memoria, entre técnicos, jugadores y propulsores. Pedro Ferrandiz, Sandro Gamba, Kresimir Kosic, Borislav Stankovic, Leon Bouffard, William Jones, Robert Busnel, Ferenc Hepp, Raimundo Saporta, Decio Scurri, Nikolai Semashko, Radomic Shaper, Ranko Seravica, y vaya sumando usted.
El EuroBasket se efectúa desde 1935 y esa vez Letonia se llevó la final. En 1947 participa por primitiva ocasión la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y de inmediato se hizo con la prenda dorada; entre 1957 y 1971 ganó de manera consecutiva en 11 ocasiones. Yugoslavia es quien más cerca ha estado, con tres títulos al hilo.
Egipto estuvo una vez envuelto en estas competencias, pese a estar en África. Caso similar es el de Israel. Los egipcios se hicieron con el tercer lugar en 1947 y ganaron dos años después en el certamen que ellos organizaron, jugando a las sombras de las pirámides. Dos dominicanos, Julio Gamez y Antonio Sibilio vistieron la camiseta española, lo mismo sucedió con el argentino Juan Domingo De La Cruz. Pero hombres de todas las latitudes han corrido por allí. Los rusos tienen desde el 2005 a Jon Robert Holden, un base de excelente desempeño, de color y nacido en Estados Unidos, algo jamás imaginable 30 años atrás. Detallar situaciones no nos permitiría concluir en ningún tiempo.
Los anfitriones y campeones mundiales son una opción real al titulo, su caída frente a los croatas en la conclusión de la primera ronda, les valió para ver cortada su racha de 28 triunfos de manera continua. El grupo está virtualmente intacto y la llegada de Garbajosa en el último instante aumenta muchos intangibles. Es un grupo ambicioso para luchar por lo más alto y cinco medallas de plata, después de cinco amargas finales, es un aliciente para tratar de estar en el podio y no quedar en el camino frente a los propios.
Los griegos son una fuerza de primer orden, gracias al trabajo incesante, la fuerza del capital y algunas ayudas fuera del terreno de juego, ya no está Galis, pero el quinteto de Panagiotis Yannakis está trabajado, bien formado y es un rival temible para los restantes competidores. Campeones de Europa en el 2005 y subcampeones en Japón 2006, indican muchos años en un altísimo nivel. Los titulares más que impresionar hacen temblar al contrario, Diamantidis, Spanulis, Kakiuzis, Fotsis y Papadopulos.
Los lituanos van por todas de la mano de Jasikevicius, el más novel de las grandes figuras bálticas y del entrenador Ramiunas Butautas. Los croatas tienen todo un arsenal dentro de si, con Planinic, Giricek, Vujcic y Kasun, entre otros, pero desde 1997 han ido de fracaso en fracaso, “muchos egos” dicen unos, pero son siempre una mala noticia para sus rivales. Los rusos asustan pero son una incógnita, en cualquier momento podrían hacer sonar las alarmas con un Kirilenko entonado.
Los eslovenos como sus similares balcánicos resultan imprevisibles, anduvieron de manera excepcional en la primera vuelta y están plantando la cara. Francia es Tony Parker, pero necesita de otros vestigios como Doris Diaw, Ronnie Turiaff y compartes son un ejemplo de lo que se llaman especialistas del juego. En la actualidad lucen estar a tope de sus posibilidades. Turquía tiene de todo un poco, veteranía, juventud y excelente manejo, detrás Okur, Turkoglu, Kutluay, Tunceri e Ilyasova y con esta mezcla buscarán seguir adelante.
Me encantó un comentario que encontré navegando por diferentes paginas, crédito y mis excusas para sus autores (las excusas por no recordar la página): “los alemanes tienen una receta mágica y la explotan al máximo: tres hombres bajitos que meten triples, uno alto que rebota y Nowitzki”. Italia depende en estos momentos de Andrea Bargnani, pero quien en estos momentos no está al tope de sus condiciones físicas, pero tienen esa garra azurra que saben utilizar muy bien.
Los serbios han sido el gran fiasco de la primera eliminatoria, muchos fracasos consecutivos para una nación que ha barrido en todas las competiciones de categorías formativas. Ser eliminados en un grupo donde además estaban Rusia, Grecia e Israel no tiene ninguna justificación. Pero queda la esperanza de que en poco tiempo más estarán de nuevo en la elite mundialista.
El día 16 de los corrientes esta competición llegará a su clímax, en el Palacio de los Deportes de Madrid, quizás no será como su par americano, en la ciudad del juego, pero de que hay mucho en juego es una verdad tan grande, como que mañana habrá otro día. Seguiremos presintiendo que el basket es nuestro vivir, que tan solo verlo nos hace felices y las sonrisas seguirán dibujándose.
Luis R. Madera Campillo