jueves, 19 de febrero de 2009

¿Necesita el baloncesto un cambio de reglas?


El baloncesto se simplifica, vive cada vez más pendiente del acierto de los jugadores en el tiro exterior. La FIBA mantiene inamovible el reglamento, tanto las dimensiones del campo como en la línea de tres. Los entrenadores se ven maniatados en sus recursos técnicos.

El juego interior carece de jugadores dominantes y de espacio en el que moverse. En el juego exterior destacan claramente los tiradores ya que, en cuanto intentan una penetración encuentran tantos defensores que no saben qué hacer con el balón. Los pocos pivots que muestran talento en el juego colectivo se los lleva la NBA, Marc es el mejor ejemplo. La consecuencia principal es la desproporción entre los tiros de 2 y de 3, en muchos partidos los intentos quedan igualados y la victoria se decanta por el día de acierto de los tiradores.

Nunca había ocurrido en la liga ACB que jugadores pequeños, que se desenvuelven en posiciones lejanas a la canasta, sean los mejores anotadores. Oleson, Rakosevic y Quinteros encabezan la tabla y representan el jugador más decisiva en la actualidad. El Fuenlabrada es ejemplo de este estilo de juego, Guil, su entrenador, incorpora a la ya peligrosa tripleta anotadora formada por Oleson, Blanco y Valters a un jugador en la posición de falso cuatro, generalmente Mainoldi, al que permite tirar cono una ametralladora. No hubiera sido una sorpresa ver, en la pasada jornada, granar a los fuenlabreños en un campo tan difícil como el del Barcelona, basando todo su juego en posiciones exteriores con un porcentaje asombroso de triples del 59% sobre 27 intentos. Los del fuenla tienen entre ellos algún cerebro que sabe fichar lo que el resto de lo equipos no encuentran.

Insisto el baloncesto se empobrece, vive pendiente del acierto de sus triplistas, sin el cual la victoria es inalcanzable. De no ser así, el Madrid no hubiera podido ganar a un Tau que hasta el minuto 30 le estaba pasando por encima. Los vitorianos no atacaron mal la zona, que le plantearon los blancos, ni ésta fue una varita mágica. Sencillamente el primer clasificado en la liga anotó un triple de sus ocho últimos intentos mientras que el Madrid, hasta ese momento, jugando un partido errático, le endosó seis triples seguidos. Una mirada a la jornada completa demuestra la dependencia de los equipos al acierto en el tiro, los ganadores tiraron 29 triples menos que sus contrarios, con un porcentaje de 38%, mientras que los perdedores, que tiraron más, no pasaron del 31. Un dato anecdótico, el Fuenlabrada que fue perdedor anoto el 59% de sus 27 intentos.

De no cambiar el panorama veremos cómo la liga ACB va incorporando tiradores, y perdiendo poderío en la pintura. La incorporación del fino estilista Anderson en sustitución del sólido Marc muestra esta tendencia. Al jugador español le viene bien este baloncesto. El Juventut es el máximo exponente de esta tendencia a carecer de sólidos pivots, conformándose con algún saltarín. Pero conviene recordar que todas sus derrotas ligueras han sido con los grandes de nuestro baloncesto, Tau, Real Madrid, Barcelona y Unicaja y que sin embargo se mantiene imbatido en sus enfrentamientos con el resto del elenco. Ha llegado el momento de que el baloncesto europeo empiece a experimentar esos cambios de reglas necesarias para evitar el estancamiento táctico

Pepe Laso / Eurosport

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