lunes, 3 de septiembre de 2007

Las estrellas de la NBA lograron mucho más que una medalla de oro

Las Vegas (EEUU), 3 sep (EFE).- Esta vez no hubo sorpresas, críticas, ni mucho menos frustración entre las estrellas de la NBA que disputaron el preolímpico FIBA Américas y se fueron invictos después de haber disputado 10 partidos en 12 días.

Estados Unidos, con la nueva versión del "Dream Team", la más parecida al original de Barcelona 92, logró la medalla de oro y el boleto para estar en los próximos Juegos de Pekín 2008 después de ganar en la final (118-81) a la selección de Argentina, actual campeona olímpica.

La euforia y la alegría eran las notas dominantes que ha dejado el torneo, disputado en el Thomas & Mac Center de Las Vegas, dentro de la delegación del equipo de Estados Unidos, que por primera vez siente que ha encontrado de nuevo el camino para reivindicar su condición de país número uno del mundo en el deporte del baloncesto.

El director ejecutivo del equipo de Estados Unidos, Jerry Colangelo, una vez más artífice del desarrollo y formación del nuevo proyecto de "Dream Team" para Pekín 2008, dijo que el equipo había cumplido su primera misión con matrícula de honor.

"Hacía mucho tiempo que no habíamos visto, posiblemente desde la época de Michael Jordan y Magic Johnson, tanta intensidad y entrega de los jugadores", subrayó Colangelo. "Hemos puesto las bases que queríamos para estar en Pekín 2008, ahora la siguiente misión no será otra que regresar de los Juegos Olímpicos con la medalla de oro", aseveró.

El mismo concepto y valoración tuvo el entrenador del equipo de Estados Unidos, Mike Krzyzewski, otro de los grandes triunfadores y aciertos del nuevo proyecto del "Dream Team", cuando dijo que el gran triunfo había sido el "cambio" de mentalidad de las estrellas de la NBA, su entrega, intensidad y espíritu incansable de lucha.

"Es cierto que James jugó una final de ensueño en el apartado individual, pero sin el trabajo y sacrificio del resto del equipo durante todo el torneo no hubiésemos podido superar a un rival de la clase de Argentina", destacó Krzyzewski. "Como equipo lo hemos hecho todo bien en defensa, ataque, entrega y ausencia completa de protagonismos individuales".

Krzyzewski para reforzar sus palabras con hechos quiso recordar como una estadística de referencia, que Estados Unidos logró promedios de 116,7 puntos anotados por partido y 42 de ventaja en cada una de las victorias.

Es cierto que en la competición del torneo de FIBA Américas, con la excepción de los equipos de Argentina, Puerto Rico, que quedó tercero, seguido por Brasil y Canadá, no tienen el nivel baloncesto que se juega en Europa, pero precisamente ahí ha estado el gran éxito de las estrellas de la NBA.

A pesar de ser conscientes de la superioridad individual que tenían, por primera vez desde el "Dream Team" de Barcelona 92, las estrellas encabezadas por Kobe Bryant, LeBron James, Carmelo Anthony y Jason Kidd no llegaron a Las Vegas para hacer turismo, sino para asumir el nuevo concepto de equipo nacional.

Mientras que en el plano individual, estrellas como Bryant también encontraron el mejor escaparate para dar una nueva imagen y demostrar que dentro de la selección nacional se encuentra identificado con sus objetivos, incluido el de ser uno más, todo lo contrario de lo que le sucede con su equipo de Los Angeles Lakers.

Bryant, que llegó a Las Vegas envuelto en la polémica por su enfrentamiento abierto con los directivos de los Lakers y la imagen de egocentrista, que no cae nada bien dentro del mundo de la NBA, simbolizó la transformación completa al ser el que mejor comportamiento ha tenido en todos los aspectos.

Además, Bryant ya es consciente que esta temporada de nuevo no puede pensar en ganar un título de liga con los Lakers, pero sí está totalmente comprometido y mentalizado que volverá de Pekín con una medalla de oro para Estados Unidos.

Sin lugar a dudas, Bryant y Kidd, que pudieron haber sido compañeros de equipo la pasada primavera, durante todo el torneo se convirtieron en los dos jugadores que más se han reivindicado como líderes dentro y fuera del nuevo "Dream Team".

Bryant ha aportado una intensidad única al equipo en cada partido, sin permitir que decayese, al margen de la ventaja que tuviesen en el marcador, mientras que Kidd ha sido el director perfecto en el juego, lo que ha llevado a compararle con el legendario Magic Johnson.

La estrella de los Lakers, a diferencia de lo que sucede en su equipo, dentro de la selección se ha hecho querer, respetar y asumir el liderazgo por el gran comportamiento mostrado durante todo el torneo.

Bryant ha dado una imagen completamente diferente con la que llegó a Las Vegas y por eso se fue siendo el más popular de todos los jugadores, por haber mostrado su lado amable, abierto y sin ningún tipo de egocentrismo.

Por si quedaba alguna duda sobre la ausencia completa de "egos" y búsqueda de éxitos individuales entre las estrellas de la NBA, James recordó que los habían tirado por la ventana antes de llegar a Las Vegas.

"Vinimos al torneo por una sola razón y no fue otra que la de conseguir la medalla de oro", subrayó James, que en el partido de la final anotó 31 puntos para ser el máximo encestador del partido. "Ahora ya la tenemos y además nos vamos siendo mucho mejores como equipo y como compañeros".


Enrique Barcia