Finalizando la que
inesperadamente sería su última temporada, ya eliminado por Boston College en
la DIMAYOR 2008, comenzaron las vacaciones para el plantel del CD Valdivia,
entre ellos, el escolta Paulo Henríquez quien registraba pasos por Deportes
Castro, Universidad Autónoma, Unión Deportiva Española de Temuco y el CDV.
Un 13 de diciembre, con un
calor inusual para la fecha en la capital de la región de los Ríos, decide en
compañía de dos amigos dirigirse a la playa la Misión, a unos 40 kilómetros de
Valdivia. Un día normal de playa, pero a eso de las 17:30 horas, Paulo corre a
la orilla para entrar a una ola de la cual no pudo salir por sí solo, una
lesión cervical cortaba su caminar, su carrera profesional y sus sueños a los
33 años. Catorce días en coma inducido, un despertar inesperado, “sigo aquí y
tengo que seguir, necesito volver a vivir “, manifestó.
Desde ese día, su primera meta
fue poco a poco comenzar su proceso de rehabilitación, un camino duro que empezó
en la clínica los Coigües en Santiago en 2009, luego siguió en su ciudad en
compañía de su familia que lo acompaña en cada momento. Fueron años duros y de
mucho esfuerzo pero que lo llevaron a llevar una vida diferente, pero a la vez
normal dentro de lo que significa tener este tipo de lesión.
Llegó el momento en que el “6”
valdiviano tuvo que tomar decisiones. Las opciones no eran muchas: quedarse en
casa a dejar que pase el tiempo o decidir comenzar a escribir una nueva etapa
en su vida. La decisión estaba clara: los estudios podrían empezar a abrir
nuevas puertas en su futuro personal y profesional.
Comenzó a tocar puertas para esta
nueva etapa. En aquel entonces, recurrió a la Universidad San Sebastián, quienes
les dicen que no es posible que él pueda seguir esa carrera ya que su condición
física le iba a impedir llevar con normalidad la malla curricular. No pasó
mucho tiempo y la Universidad Santo Tomás le abrió las puertas para
poder comenzar sus estudios.
Todo marchaba bien, hasta su
segundo año de estudios en el cual producto de una caída, se fracturó el fémur
de su pierna izquierda, lo que nuevamente lo llevó a pasar cerca de un año en
cama producto de la lesión. Nuevamente todo se veía truncado por el destino,
sin embargo, nunca bajó los brazos y siempre con la convicción de que debía
terminar lo que había comenzado.
Pasaron los años y después de
aprobar más de 50 ramos, diversas prácticas en las diferentes áreas de la
psicología, práctica, tesis y examen de grado, hoy miércoles 29 de abril de
2020 a la edad de 44 años termina un nuevo partido en la vida: se titula de
PSICÓLOGO.
Cómo familia del basquetbol, queremos
felicitar a Paulo Henríquez por este logro y desearle siempre lo mejor en todo
lo que se proponga.