Reforzará esta campaña a Trotamundos tras madurar en Puerto Rico
El escolta, sin embargo, sólo jugará un par de meses pues le quedan dos años de contrato con Brujos de Guayama
GERMAN AUGUSTO CARTAYA
Camina por los pasillos del Forum de Valencia como uno más, rememorando aquellas épocas de novicio, cuando luchaba por un puesto en la nómina de Trotamundos de Carabobo y trataba de darse a conocer como jugador. El destino le deparó al valenciano Rafael Pérez una partida a Puerto Rico, y desde allí su vida cambió.
Siete años después regresa al "Expreso Azul" en plan estelar, y es una de las piezas claves que el equipo pretende los meta en la candela, al menos en las primeras semanas de campaña
"Cuando me fui era una persona más del montón, ahora te ven con otros ojos, tengo formación académica, una licenciatura en Criminología, y tengo otro tipo de baloncesto en mi cerebro. Uno se va de aquí viendo unas cosas, y cambia todo al irte, debes adaptarte a un estilo de vida, a otra forma de jugar baloncesto, de prepararse, y en definitiva, de ver el mundo. Es otro Rafael el que está aquí", sostiene el jugador de 26 años de edad.
Pérez debutó en el exigente Baloncesto Superior de Puerto Rico en 2006 y ha completado tres campañas exitosas con Brujos de Guayama y Vaqueros de Bayamón, donde ha jugado en total 83 partidos, con promedios vitalicios de 13,1 puntos, 5 rebotes y una asistencia por desafío.
"Ahora las cosas son diferentes, antes era un novatico, pero ahora tengo otra posición dentro del equipo y de los planes del entrenador, y estoy tratando de adaptarme al sistema y aportar lo que pueda", señaló Pérez, quien tiene ya una semana entrenando con Trotamundos.
Lamentablemente para él y la afición, no podrá formar parte de la divisa la temporada entera, pues su contrato multianual con Guayama se vence el próximo año; y la campaña en la "isla del encanto" arranca el 17 de abril.
"El técnico (Guillermo Narvarte) siempre estuvo pendiente para que yo formara parte del equipo, aunque sea por un tiempo. Es muy diferente el estilo en Trotamundos, porque el baloncesto en Puerto Rico se parece al venezolano y estadounidense, correr y no se juega tan estático", comenta la figura.
"Estoy haciendo lo posible para adaptarme ya que en esta liga ese sistema le ha dado resultados. Habló conmigo, y me dijo que no se espera que alguien meta 30 puntos, sino que se reparta la ofensiva y que se haga todo bien esquematizado", sostiene.
SU REGRESO AGRADÓ A TODOS
"El Chamo", como le apodan a Pérez en la liga puertorriqueña, se siente feliz en Venezuela pues le recuerda sus inicios, y puede encontrarse con los amigos y familiares que lo vieron crecer y evolucionar.
"Cuando estuve aquí tenía muchos amigos, desde la gente más humilde, y siempre he tenido buenas relaciones con la gente de mantenimiento del Forum, los vigilantes, y ahora cuando llegué todos estuvieron contentos al verme, y sorprendidos porque antes estaba bien flaquito", explica con gracia.
Aunque ya no vive en Las Palmitas, el barrio donde se crió, confiesa que mantiene el contacto con sus amistades: "Me cuidan mucho, y están orgullosos porque no todos los que salen se acuerdan de sus raíces", suelta.
Ahora tiene una vida compartida, pues en borinquen tiene a su esposa y sus hijos, y aquí sus padres y su hermana: "Quieren que me quede, pero es un compromiso que no puedo evitar, allá está mi futuro, gracias a esa gente estoy en otra posición hoy en día. Pero no cierro las puertas, si termino mi contrato allá y Trotamundos me ofrece algo que me pueda tener tranquilo en Valencia, se tomará en cuenta, esto es un negocio y siempre uno se va a ir donde esté la mejor oferta".
De todas formas, si le resulta exitosa la experiencia de este año, pretende mantener la dinámica de jugar en ambos torneos: "Lo que me alejaba de la liga venezolana eran los estudios, pero ya que terminé me voy a dedicar ciento por ciento al baloncesto, puedo jugar en las dos ligas".
"No me sentí valorado
en la selección"
Tras las buenas actuaciones en Puerto Rico, Pérez fue llamado por el seleccionador Nelson "Kako" Solórzano para que representara a Venezuela en el Suramericano de Chile disputado el año pasado. Sin embargo, sólo pudo totalizar 11 puntos en cinco juegos -no jugó el sexto-, y promedió diez minutos en cancha por desafío.
"Realmente no me sentí valorado. Fui una de esas personas que llegó con mucha hambre a la selección, a ganarme un puesto, no esperé que me regalaran nada, y en las prácticas siempre di más del ciento por ciento", cuenta con desilusión.
"Ya tengo una disciplina de respetar las decisiones del coach, él es quien mueve sus jugadores y el que entiende quién lo hace y quién no lo hace, pero en lo que a mí respecta no quedé muy satisfecho porque no soy una persona que le gusta estar en el banco, se supone que si están los mejores doce jugadores del país en un equipo, todos pueden aportar. Pero se respetan la decisiones, no hay ningún tipo de rencor, y estoy abierto siempre a ganarme un puesto en la preselección".
Al tiempo, hace un comentario que "llueve sobre mojado" sobre la logística del conjunto vinotinto: "Estuve en las selecciones menores, pero en las mayores no puede ser lo mismo, a estas alturas son todos jugadores profesionales, que cobran buen dinero tanto en Venezuela como en el exterior.
Sí, se trató de que mejorara la logística, pero falta un poco, tienes que darle mejor trato a los jugadores. Ya uno pone de su parte representando al país, pero también hay que considerar que de eso vive tu familia", explica.
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