Ser llamado a representar al país tiene que ser motivo de orgullo para cualquier deportista. Es sin duda una distinción que a muchos les abre las puertas para becas en universidades, contratos en casa y el extranjero.
¿Pero está el elegido obligado a vestir la camiseta nacional? Si no desea o no quiere ir, ¿tienen derecho a sancionarlo? ¿Pueden excluirlo definitivamente de la selección?
¿Si es aficionado, tiene derecho a que se le compense económicamente su ausencia al trabajo? ¿Si estudia, puede pedir viáticos? ¿Si es profesional tiene derecho a que se le pague lo que recibe de su club?
Estos son los problemas que están sufriendo los seleccionadores nacionales, como el DT de las femeninas, Cristián Santander.
"Me tiene preocupado la respuesta de las jugadoras. Hay sub 15 que no contestan a las convocatorias. Otras que creen que es como ir al colegio. Padres que piden días de vacaciones con su familia. Muchos permisos y ausencias, y poca disposición y espíritu de sacrificio. Una seleccionada adulta pidió un boleto de avión para viajar desde Valdivia a entrenar. La federación le ofreció un bus cama: no aceptó y desapareció... Si no hay cambios de actitud, será muy difícil mantener el lugar 30º en el mundo. En otros países, lo dejan todo por el equipo", agrega.
La solución no es fácil. Por estar estudiando en el exterior, hay dos seleccionadas que sólo pueden venir por pocos días. Lo mismo ocurre con tres que son profesionales en España e Italia. Todas piden ayuda y ya dos renunciaron.
Chile está invitado con la selección adulta a competir en Cuba en los Juegos del Alba, el próximo mes y debe jugar el Premundial de Brasilia en septiembre, donde tres equipos clasifican al Mundial. Son compromisos difíciles, con selecciones ubicadas entre las quince mejores del mundo. Se ha pensado en llevar una mixtura entre sub 17 y adultas a Cuba, corriendo el riesgo de goleadas o... renunciar a ir.
Al Premundial se debe ir con las adultas, y si la federación quiere contar con todas, deberá buscar la fórmula de solucionar eventuales pagos y lograr las facilidades para que las jugadoras puedan asistir. También, obligar a los empleadores a otorgar permiso con goce de remuneraciones a las seleccionadas, como lo dispone la Ley del Deporte.
Juan Aguad
Fuente: Diario El Mercurio
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