Houston (EEUU), 5 mar (EFE).- No hay descanso para las polémicas y los enfrentamientos dentro de la actividad del baloncesto profesional de la NBA, que esta vez tiene como protagonistas al dueño de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, y al veterano pívot de los Suns de Phoenix, Shaquille O'Neal.
Cuando apenas el entrenador George Karl, de los Nuggets de Denver, y el hombre franquicia del equipo, Carmelo Anthony, habían firmado las paces por el enfrentamiento que mantuvieron ambos en el campo y que le costó un partido de suspensión al jugador, Cuban surgió con la advertencia de que podría echar a todo el que no rinda.
Cuban dijo que su paciencia estaba llegando al límite después de ver como los Mavericks no sólo perdían, sino que además la actitud de los jugadores en el campo no era la mejor ni la más constructiva.
El dueño de los Mavericks fue categórico cuando dijo que una plantilla supermillonaria como la que tiene el equipo no se podría permitir el lujo de ir perdiendo por 23 tantos frente a un rival como los Thunder de Oklahoma City, que además no tenía en la alineación a sus dos mejores encestadores.
"Fue un partido en el que tuve que contenerme a mi mismo", declaró Cuban a varios medios de comunicación de Dallas. "Faltó todo en el campo, preparación, ejecución y esfuerzo, pero lo más grave es que al margen de no tener ni idea de lo que hacían los jugadores tampoco mostraron esfuerzo", dijo.
Cuban, que no quiso este año hacer ningún cambio antes de la fecha oficial para el cierre de traspasos, sigue sin estar contento por el que hizo el año pasado cuando envió al base Devin Harris, toda una promesa, a los Nets de Nueva Jersey a cambio del veterano Jason Kidd.
El dueño de los Mavericks pensó que con la llegada de Kidd al equipo podría tener el líder que los guiase a luchar por el título de liga, pero sucedió todo lo contrario.
"Los jugadores deben saber que para seguir en el equipo, antes que nada, deben mostrar en el campo esfuerzo y energía", advirtió Cuban. "Si cada jugador no puede tener su propia iniciativa personal y considerar cada partido importante para ganar, entonces no los veo aquí la próxima temporada", subrayó.
El dueño de los Mavericks dijo que entendía que unas veces el balón entra en la canasta y otras no, pero señaló que cada jugador sí tiene la responsabilidad de su propio control y nivel de esfuerzo.
"No me importa qué tipo de contrato tiene firmado, estoy dispuesto a cambiar por completo la plantilla con tal de no presentar ante los aficionados un espectáculo como el que dimos ante los Thunder", resaltó Cuban.
Los Mavericks, con la victoria la pasada noche por 107-105 ante los Spurs de San Antonio, se quedaron con marca de 37-24 y ocupan el octavo y último lugar de la Conferencia Oeste que le da opción a estar en la fase final.
"Este equipo tiene talento para ganar en la fase final, pero sólo podrá suceder si los 15 jugadores que hay en la plantilla conocen y saben cual es su verdadera responsabilidad en el campo", agregó Cuban.
Mientras, O'Neal, que no quiere dejar de ser el centro de atención, ahora abrió la polémica con el entrenador Stan Van Gundy, de los Magic de Orlando, después de que le criticase por exagerar una entrada que le hizo el pívot Dwight Howard.
"He escuchado ese comentario y para mi hacer teatro de tirarme es cuando se convierte en algo permanente y no es mi caso", comentó O'Neal. "Lo que sí me recuerda es toda su carrera como entrenador en la que no ha sido más que un perdedor y un maestro del pánico, que cuando tiene que darles el apoyo (a los jugadores) los deja abandonados", afirmó.
O'Neal dijo que sabía lo que decía porque había estado bajo la dirección de Van Gundy cuando jugó con los Heat de Miami, antes de que tuviese que ocupar el banquillo Pat Riley, la temporada 2005-06, cuando los llevo a ganar el título de liga.
"Ahora me explicó por qué a cada uno de los profesionales que juegan bajo su dirección nos les gusta cómo es", agregó O'Neal, que reiteró que no le caen bien los "segundones".
Ante el ataque de O'Neal, Van Gundy dijo que nunca jamás tuvo ningún tipo de problemas cuando ambos estuvieron juntos con los Heat.
"No importa, ni me preocupa cuál es su valoración de mi labor como entrenador, lo que si he comprobado es que él puede decir todo lo que quiera y se convierte en algo gracioso", comentó Van Gundy.
Además el entrenador de los Magic dijo que la crítica recibida por parte de O'Neal era algo positivo porque, al menos, lo colocaba al mismo nivel que Riley y Phil Jackson, a quienes también crítico por distintos motivos.
"También los atacó, lo que significa que para mi es un honor estar con ellos en la misma lista", agregó Van Gundy.
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