miércoles, 28 de enero de 2009

Gimnasios: ¿para qué ?

Sábado 24 de enero, 9.30 horas: nublado, 16º C, día especial para hacer deporte en el Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO), hermoso e imponente gimnasio inaugurado en octubre del año pasado.

Estuve hasta cerca del mediodía para ver cómo se preparan los deportistas olímpicos chilenos. El recorrido, a poco de llegar, arrojó el siguiente resultado:

Gimnasio de pesas: un deportista practicando solo. Sala de musculación: cerrada. Tiro al blanco, lucha, judo y karate: cerrados. Tenis de mesa: cinco deportistas en animada conversación. Taekwondo: cinco parejas practicando.

Luego fui a los dos gimnasios para el básquetbol del segundo piso. En uno de ellos entrenaba la selección femenina sub 17. El otro estaba desierto. Los dos gimnasios para vóleibol estaban cerrados. El inmenso gimnasio para fútbol de salón no lucía deportistas, pero había trabajadores instalando tribunas. Las oficinas de las federaciones no funcionaban, por no ser día laboral. Al retirarnos, una novedad: 12 deportistas practicaban en el tenis de mesa.

¿Cuántos irán en días de trabajo?

La selección cestera había entrenado durante la tarde del día anterior en el CAR del Estadio Nacional, donde nadie más aprovechaba esa dependencia. Dio pena y rabia. ¿Para esto se construyen estos modernos recintos?

Más temor y rabia nos dio después de haber conocido el jueves pasado el anuncio de la Presidenta de la República, de que destinará 54 mil millones de pesos para mejorar la infraestructura deportiva del país. Sin duda significa un gran aporte y avance, pero si su utilización sigue la suerte del CEO y del CAR no vale la pena su construcción.

Se pensaba que por la mala calidad de los escenarios antes existentes a los deportistas no les nacía el deseo de entrenar y practicar. ¿Cuál es la causa del desinterés y no uso de los nuevos? Es época veraniega y no hay torneos. Es una atenuante, pero los directivos y los deportistas deben programar las actividades y asumir el compromiso de que todo el año sean utilizados.

Pero hay más problemas por solucionar antes de que se construyan los nuevos recintos...

El Plan Bicentenario consulta la creación de polideportivos destinados preferentemente a los escolares. ¿Habrá profesores y monitores para atender y enseñarles? ¿Tendrán horas de deportes en su malla curricular?

¿Hay un organismo en el ministerio que organice torneos para que estos estadios sean ocupados? Mientras no se corrija la Ley del Deporte, será difícil.

¿Las federaciones cuentan con recursos y capacidad de gestión para obtener dineros y lograr mantener los estadios en buenas condiciones y en permanente funcionamiento? Rotundamente, no. Faltan profesionales con conocimientos de administración deportiva y de marketing en estos organismos, que den seguridad de un uso provechoso de los gimnasios.

¿Los deportistas tendrán permisos de sus colegios, universidades y empleadores para ir a entrenar y ocupar los recintos? ¿Habrá ayuda económica para competir en el extranjero? Hay que ampliar el Plan ADO con recursos propios y del Estado.

El nuevo Ministerio del Deporte -si se aprueba- junto al COCh, las federaciones, los clubes y deportistas tendrán que reunirse y concordar de una vez por todas las políticas deportivas para que la nueva infraestructura se use y sirva.

Mientras ello no ocurra, pasarán muchos años para que los deportistas chilenos empiecen a colgarse medallas.

Juan Aguad K.
Fuente: Diario El Mercurio

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