El último examen, al cual fue sometido el pívot del Deportivo Español, detectó una pequeña arritmia que no es grave. “Afortunadamente ya comencé a entrenar”, dijo el copiapino
Fueron días tormentosos por los que tuvo que pasar el pívot del Deportivo Español, Humberto Carrizo. Ello, porque en plenos partidos contra Boston College y Puente Alto (1 y 2 de septiembre) sintió fuertes dolores al pecho, sintomatología que no le comunicó al técnico Héctor Vera y que le hicieron recordar los decesos de futbolistas en plena competencia, ocurridos hace algunas semanas.
Desde aquellos partidos, por la fase zonal de la Dimayor, el nortino no se había podido vestir de corto a raíz de que los exámenes detectaron que tenía el corazón más grande de lo normal, “lo que me trajo varias complicaciones porque no podía respirar bien”, apuntó el canastero quien comienza, de a poco, a vivir buenos momentos.
Según el jugador, “el test de esfuerzo salió bien y, por lo tanto, debí realizarme un último estudio que determinaría mi continuidad en el básquetbol”, anotó el deportista de 21 años de edad quien antes de quedar al margen estaba cumpliendo un buen papel en ambos lados de la cancha.
Al último examen al que se refiere Humberto Carrizo fue el Holter, control consistente en la monitorización ambulatoria del registro electrocardiográfico por un tiempo prolongado.
Al pívot, luego de 24 horas de control, se le detectó “una pequeña arritmia, pero no es nada grave. Afortunadamente ya comencé a entrenar”, comentó tras su primera práctica con el equipo.
Iván González
Fuente: Diario El Centro
Fueron días tormentosos por los que tuvo que pasar el pívot del Deportivo Español, Humberto Carrizo. Ello, porque en plenos partidos contra Boston College y Puente Alto (1 y 2 de septiembre) sintió fuertes dolores al pecho, sintomatología que no le comunicó al técnico Héctor Vera y que le hicieron recordar los decesos de futbolistas en plena competencia, ocurridos hace algunas semanas.
Desde aquellos partidos, por la fase zonal de la Dimayor, el nortino no se había podido vestir de corto a raíz de que los exámenes detectaron que tenía el corazón más grande de lo normal, “lo que me trajo varias complicaciones porque no podía respirar bien”, apuntó el canastero quien comienza, de a poco, a vivir buenos momentos.
Según el jugador, “el test de esfuerzo salió bien y, por lo tanto, debí realizarme un último estudio que determinaría mi continuidad en el básquetbol”, anotó el deportista de 21 años de edad quien antes de quedar al margen estaba cumpliendo un buen papel en ambos lados de la cancha.
Al último examen al que se refiere Humberto Carrizo fue el Holter, control consistente en la monitorización ambulatoria del registro electrocardiográfico por un tiempo prolongado.
Al pívot, luego de 24 horas de control, se le detectó “una pequeña arritmia, pero no es nada grave. Afortunadamente ya comencé a entrenar”, comentó tras su primera práctica con el equipo.
Iván González
Fuente: Diario El Centro
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