Shanghai, 6 ago (EFE).- El baloncestista chino Yao Ming, pívot de los Houston Rockets en la NBA y considerado la mayor estrella del deporte de su país, celebró hoy su boda con la también jugadora de baloncesto Ye Li, de la selección femenina de China, en la ciudad natal de ambos, Shanghai.
A pesar de que el matrimonio se hizo legal el pasado viernes en el distrito shanghainés de Xuhui, donde la pareja obtuvo su certificado nupcial, el banquete familiar se celebró esta noche en el hotel Shangri-La, uno de los más lujosos de la ciudad.
La pareja se protegió de la infinita popularidad de Yao en su país, donde es considerado casi un héroe nacional y hasta llegó a ser elegido, en 2005, Trabajador Modelo del Comunismo, y ni uno de los más de cien periodistas que hicieron guardia en el hotel logró tomar una imagen publicable de los novios.
Al largo banquete de hoy acudieron 70 invitados, entre familiares y amigos, y según los medios chinos no participó nadie relacionado con la NBA ni con el baloncesto.
El diario deportivo "Titan Sports" adelantó que mañana Yao y Ye viajarán a Pekín para participar el miércoles en la ceremonia de un año de cuenta atrás para los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.
Para el banquete de boda ente Yao, de 27 años y 2,26 metros de alto, y Ye, de 26 años y 1,9 metros de altura, fueron alquilados dos enormes salones de baile del hotel, decorados de manera tradicional, donde se dispusieron nueve mesas, número que según la costumbre china significa "eternidad", como el amor que se desea a los novios.
Según el portal Netease.com, Yao encargó el banquete más caro del establecimiento, un menú de 12.399 yuanes por mesa (1.190 euros, 1.640 dólares), que incluía mariscos como pepino de mar y aleta de tiburón, todo un gesto para quien comenzó su carrera deportiva, hace diez años, en los Shanghai Sharks ("Tiburones de Shanghai").
Otros medios chinos negaron que se comiera aleta de tiburón, ya que Yao participó el año pasado en una campaña para desaconsejar su consumo y proteger la fauna marina.
El precio total de la cena de hoy pudo superar el millón de yunaes (casi 95.000 euros, 130.000 dólares), según "Titan Sports".
Algunos periodistas chinos pasaron más de 24 horas merodeando entre ambos salones del hotel, como Dai Zhendong, del diario "Shanghai Morning Post", que logró verlos esta mañana, y explicó a Efe que en una pared, en color rosa, había dibujado un corazón, con una "Y" mayúscula dentro, por Yao, y otra "y" minúscula, por Ye.
Wang Yueqing, de la revista "Shanghai Wednesday", aseguró que había logrado infiltrarse en el piso 32, el más alto del hotel, cuyas 8 habitaciones afirmó que han sido ocupadas por Yao, entre ellas dos suites presidenciales.
A media tarde, Wang dijo encontrar entreabierta la puerta de una de ellas, y haber visto, mientras cambiaban las sábanas, un adorno en la pared con la palabra china "xi" ("doble felicidad", utilizada tradicionalmente como un símbolo de buen augurio en las bodas).
Un portavoz del hotel confirmó a Efe que la pareja tiene reservado alojamiento en el edifico para esta noche.
Si algo faltó en la boda de Yao para que fuera completamente china fue que no se cumplió con la tradición de entrar en el salón del banquete a través de un pasillo formado por arcos de flores.
"No pudimos encontrar un arco adecuado para Yao Ming, porque es demasiado alto", aseguró un empleado del hotel al diario local "Shanghai Daily".
Tras la cena, ambas familias tenían previsto pasear en crucero por el río Huangpu, que divide la ciudad entre los rascacielos de inspiración futurista del distrito financiero y la orilla de edificios coloniales británicos de su emblemático paseo fluvial, el llamado Bund.
La semana pasada la pareja había sido y fotografiada por la gente mientras se hacía las fotografías de boda en un recinto turístico a orillas del lago Taihu, en la cercana provincia de Zhejiang (este), lo que en China suele hacerse días o incluso semanas antes de la ceremonia.
Hace unos días el "Diario de los Deportes de China" criticó públicamente a Yao por sumarse con retraso a una concentración de la selección china, por "razones personales y apariciones públicas".
"No importa lo dulce que sea la vida personal, no puede ser comparada con lo exultante de conseguir uno la gloria para su nación", concluyó.
A pesar de que el matrimonio se hizo legal el pasado viernes en el distrito shanghainés de Xuhui, donde la pareja obtuvo su certificado nupcial, el banquete familiar se celebró esta noche en el hotel Shangri-La, uno de los más lujosos de la ciudad.
La pareja se protegió de la infinita popularidad de Yao en su país, donde es considerado casi un héroe nacional y hasta llegó a ser elegido, en 2005, Trabajador Modelo del Comunismo, y ni uno de los más de cien periodistas que hicieron guardia en el hotel logró tomar una imagen publicable de los novios.
Al largo banquete de hoy acudieron 70 invitados, entre familiares y amigos, y según los medios chinos no participó nadie relacionado con la NBA ni con el baloncesto.
El diario deportivo "Titan Sports" adelantó que mañana Yao y Ye viajarán a Pekín para participar el miércoles en la ceremonia de un año de cuenta atrás para los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.
Para el banquete de boda ente Yao, de 27 años y 2,26 metros de alto, y Ye, de 26 años y 1,9 metros de altura, fueron alquilados dos enormes salones de baile del hotel, decorados de manera tradicional, donde se dispusieron nueve mesas, número que según la costumbre china significa "eternidad", como el amor que se desea a los novios.
Según el portal Netease.com, Yao encargó el banquete más caro del establecimiento, un menú de 12.399 yuanes por mesa (1.190 euros, 1.640 dólares), que incluía mariscos como pepino de mar y aleta de tiburón, todo un gesto para quien comenzó su carrera deportiva, hace diez años, en los Shanghai Sharks ("Tiburones de Shanghai").
Otros medios chinos negaron que se comiera aleta de tiburón, ya que Yao participó el año pasado en una campaña para desaconsejar su consumo y proteger la fauna marina.
El precio total de la cena de hoy pudo superar el millón de yunaes (casi 95.000 euros, 130.000 dólares), según "Titan Sports".
Algunos periodistas chinos pasaron más de 24 horas merodeando entre ambos salones del hotel, como Dai Zhendong, del diario "Shanghai Morning Post", que logró verlos esta mañana, y explicó a Efe que en una pared, en color rosa, había dibujado un corazón, con una "Y" mayúscula dentro, por Yao, y otra "y" minúscula, por Ye.
Wang Yueqing, de la revista "Shanghai Wednesday", aseguró que había logrado infiltrarse en el piso 32, el más alto del hotel, cuyas 8 habitaciones afirmó que han sido ocupadas por Yao, entre ellas dos suites presidenciales.
A media tarde, Wang dijo encontrar entreabierta la puerta de una de ellas, y haber visto, mientras cambiaban las sábanas, un adorno en la pared con la palabra china "xi" ("doble felicidad", utilizada tradicionalmente como un símbolo de buen augurio en las bodas).
Un portavoz del hotel confirmó a Efe que la pareja tiene reservado alojamiento en el edifico para esta noche.
Si algo faltó en la boda de Yao para que fuera completamente china fue que no se cumplió con la tradición de entrar en el salón del banquete a través de un pasillo formado por arcos de flores.
"No pudimos encontrar un arco adecuado para Yao Ming, porque es demasiado alto", aseguró un empleado del hotel al diario local "Shanghai Daily".
Tras la cena, ambas familias tenían previsto pasear en crucero por el río Huangpu, que divide la ciudad entre los rascacielos de inspiración futurista del distrito financiero y la orilla de edificios coloniales británicos de su emblemático paseo fluvial, el llamado Bund.
La semana pasada la pareja había sido y fotografiada por la gente mientras se hacía las fotografías de boda en un recinto turístico a orillas del lago Taihu, en la cercana provincia de Zhejiang (este), lo que en China suele hacerse días o incluso semanas antes de la ceremonia.
Hace unos días el "Diario de los Deportes de China" criticó públicamente a Yao por sumarse con retraso a una concentración de la selección china, por "razones personales y apariciones públicas".
"No importa lo dulce que sea la vida personal, no puede ser comparada con lo exultante de conseguir uno la gloria para su nación", concluyó.
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