Así como tenemos nombres como Humberto Rodríguez, Faisal Abel, Osiris Duquela, Fernando Teruel y Leandro De La Cruz , entre tantos otros, sucede lo mismo en muchos parajes de este globalizado mundo.
Los españoles se gastan a Antonio Díaz-Miguel, Pedro Ferrandiz, Aito García Reneses, Lolo Sainz y Pepu Hernández, quien tiene su lugar en la historia después de los logros en el Mundial de Japón.
Los italianos tienen a Ettore Messina, Sandro Gamba, Mike D’Antoni (el mismo de Phoenix), Dan Peterson; quien no recuerda a Aleksandr Gomelsky al frente de la selección rusa; los argentinos tienen a León Najnudel, Guillermo Vecchio, Carlos –Tite- Boismené, Bill Américo Brusa, Walter Garrone; más cerca de nosotros los puertorriqueños han tenido a Armandito Torres, Julio Toro, Flor Meléndez, Carlos Morales, Fufi Santori, Luis Sambolín; y que decir de los yugoslavos, revueltos o separados, tan de moda en los últimos tiempos: Dusko Ivanovic, Bozidor Maljkovic, Zeljko Obradovic, Svetislav Pesic, Bogdan Tanjevic, Velimir Perasovic y Jasmin Repesa, para solo nombrar un puñado, sin olvidar a Ranko Zaravica.
Así también Turquía tiene uno de los grandes, un mítico, en la figura de Aydin Ors. Toda una celebridad por aquellas tierras y de buen ganado prestigio en todo el continente europeo. Estuvo trabajando hasta la recién concluida temporada como capataz del Fenerbache, y entre otras muchas paradas se encargó de la selección turca en el Mundial de Indianápolis en el 2002.
Aquí pretendemos violar todas las leyes físicas, inclusive la de colocar dos cuerpos en un mismo espacio, al mismo tiempo. Mentimos para justificarnos y reiteramos la farsa, sin recapacitar… sin vergüenza, sin pudor. Muchos de nuestros males como nación se deben precisamente a que engañamos tan reiteradamente que buscamos convertir las falsedades en verdades, y para peor, pretendemos hacerlas absolutas.
Scott Roth fue designado dirigente titular de la selección dominicana de mayores. Nada tengo en su contra, quizás nos pueda ayudar enormemente y si se ciñe a un lema que rueda por ahí: “todo el que tenga algo que enseñar o aprender será bien recibido”, mejor. Posiblemente su resume no sea todo lo extenso que unos y otros hubiéramos deseado, es probable que tenga más conocimientos que las oportunidades recibidas. También es verdad que no podemos pretender agenciarnos en nuestro banquillo una mítica figura cuando hay tantas debilidades a superar.
Roth estuvo ciertamente en la selección turca, en función de asistente, como también estuvieron otros dos nombres. En ese mismo evento también estuvo en las mismas funciones de otro equipo el cubano Rigoberto Chávez, quien se pierde en nuestras calles y canchas sin ser bien aprovechado.
Lo que debemos hacer con el “mister”, como le dicen los del fútbol a los dirigentes, es ayudarlo a triunfar, no abandonarlo a su suerte como hicimos con Keith Smart, pero jamás pongamos un extra para justificar una acción que a nadie se le consultó
Por Luis Rafael Madera
Los españoles se gastan a Antonio Díaz-Miguel, Pedro Ferrandiz, Aito García Reneses, Lolo Sainz y Pepu Hernández, quien tiene su lugar en la historia después de los logros en el Mundial de Japón.
Los italianos tienen a Ettore Messina, Sandro Gamba, Mike D’Antoni (el mismo de Phoenix), Dan Peterson; quien no recuerda a Aleksandr Gomelsky al frente de la selección rusa; los argentinos tienen a León Najnudel, Guillermo Vecchio, Carlos –Tite- Boismené, Bill Américo Brusa, Walter Garrone; más cerca de nosotros los puertorriqueños han tenido a Armandito Torres, Julio Toro, Flor Meléndez, Carlos Morales, Fufi Santori, Luis Sambolín; y que decir de los yugoslavos, revueltos o separados, tan de moda en los últimos tiempos: Dusko Ivanovic, Bozidor Maljkovic, Zeljko Obradovic, Svetislav Pesic, Bogdan Tanjevic, Velimir Perasovic y Jasmin Repesa, para solo nombrar un puñado, sin olvidar a Ranko Zaravica.
Así también Turquía tiene uno de los grandes, un mítico, en la figura de Aydin Ors. Toda una celebridad por aquellas tierras y de buen ganado prestigio en todo el continente europeo. Estuvo trabajando hasta la recién concluida temporada como capataz del Fenerbache, y entre otras muchas paradas se encargó de la selección turca en el Mundial de Indianápolis en el 2002.
Aquí pretendemos violar todas las leyes físicas, inclusive la de colocar dos cuerpos en un mismo espacio, al mismo tiempo. Mentimos para justificarnos y reiteramos la farsa, sin recapacitar… sin vergüenza, sin pudor. Muchos de nuestros males como nación se deben precisamente a que engañamos tan reiteradamente que buscamos convertir las falsedades en verdades, y para peor, pretendemos hacerlas absolutas.
Scott Roth fue designado dirigente titular de la selección dominicana de mayores. Nada tengo en su contra, quizás nos pueda ayudar enormemente y si se ciñe a un lema que rueda por ahí: “todo el que tenga algo que enseñar o aprender será bien recibido”, mejor. Posiblemente su resume no sea todo lo extenso que unos y otros hubiéramos deseado, es probable que tenga más conocimientos que las oportunidades recibidas. También es verdad que no podemos pretender agenciarnos en nuestro banquillo una mítica figura cuando hay tantas debilidades a superar.
Roth estuvo ciertamente en la selección turca, en función de asistente, como también estuvieron otros dos nombres. En ese mismo evento también estuvo en las mismas funciones de otro equipo el cubano Rigoberto Chávez, quien se pierde en nuestras calles y canchas sin ser bien aprovechado.
Lo que debemos hacer con el “mister”, como le dicen los del fútbol a los dirigentes, es ayudarlo a triunfar, no abandonarlo a su suerte como hicimos con Keith Smart, pero jamás pongamos un extra para justificar una acción que a nadie se le consultó
Por Luis Rafael Madera
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