viernes, 13 de julio de 2007

Básquetbol: La pasión que enciende al sur

Gimnasios repletos, hinchadas fervorosas que son capaces de reunir dinero para pagar el sueldo de un ídolo y asi evitar que vaya al equipo contrario, y rivalidades clásicas son sólo algunos de los ingredientes del deporte que mueve y conmueve a las principales ciudades del sur de Chile, cuyos clubes disputan año a año el cetro de Campeón Nacional en el torneo Dimayor.

“Cuando juegan Ancud y Castro, aquí se para todo. O vas al gimnasio, o lo escuchas por la radio. Pero no hay nada más importante que el clásico chilote”. La frase de un hincha fervoroso del básquetbol ancuditano permite hacerse una idea clara de cómo se vive el deporte de los cestos en el sur del país.

Por el clíma frío y lluvioso, en las principales ciudades de la décima región, es lejos, la actividad más importante y masiva, al practicarse y disfrutarse bajo techo. De hecho, una de las últimas ediciones del tradicional enfrentamiento insular entre “comejibias” y comeluches” (como se denominan despectivamente entre las hinchadas rivales) logró reunir en el repleto gimnasio fiscal de Ancud a la misma cantidad de espectadores que el partido del torneo nacional de fútbol de la Primera A jugado en Chinquihue entre Puerto Montt y Universidad Católica, en el que el equipo de la franja se jugaba parte importante de su chance al título: 4 mil espectadores.

“El básquetbol en el sur es un fenómeno, más que nada por las condiciones climáticas. Allá es el deporte más practicado y que más gusta, debido a que se puede asistir no dependiendo del clima. Entonces la gente se acostumbra a vibrar por este deporte desde joven, teniendo muchas rivalidades entre ciudades, y provincias, lo que acrecienta esta pasión. Eso no pasa en otros deportes, donde no hay tanta identificación”, explica el webmaster de Dimayor.cl, y autoridad en el básquetbol chileno, Sergio Montoya.

Gimnasios Llenos

Es difícil situar cronológicamente el inicio de la pasión por el deporte de los cestos en el sur del país. A pesar de ello, la aparición y crecimiento del torneo “Provincias del Sur” (ver recuadro) a mediados de los 40 aparece como un hito claro en la historia del básquetbol en la zona sur del país. “Ese era un torneo por selecciones, que creó rivalidades deportivas de larga data, y que después se trasladaron a los clubes”, agrega Sergio Montoya.

Los campeonatos de selecciones que llenaron gimnasios en antaño, han dado paso a los enfrentamientos entre clubes, como el disputado torneo de LigaSur, que en los 80, con una veintena de equipos, captaba la atención de los fanáticos.

Lo cierto es que actualmente, al torneo oficial de la División Mayor del Básquetbol Chileno (Dimayor) que se juega desde Agosto, y en el que participan escuadras que van desde Los Andes (V Región) por el norte, hasta Castro por el sur; en los últimos años ha ganado terreno en la aceptación de la hinchada la disputa de la Liga de Básquetbol del Sur (Libsur), campeonato nacido en la provincia de Osorno en 1999, que tiene la particularidad de jugarse en cuatro categorías (mini, infantil, cadetes y juvenil-adulto), reuniendo cada fin de semana a más de 1000 basquetbolistas pertenecientes exclusivamente a las principales ciudades de las regiones novena y décima.

De hecho, los equipos del centro y del norte del país, preocupados por la falta de rodaje con la que sus planteles comenzaban la Dimayor, frente a sus rivales del sur de Chile, crearon hace un par de años la Liga Centro Sur, que apunta a nivelar a las escuadras, frente al inicio del plato fuerte de la temporada, en la que las 12 principales instituciones del país, reforzadas por 2 jugadores extranjeros, buscan quedarse con la gloria de ser el mejor equipo de Chile.

Y a ello, sume las ligas escolares, laborales y amateurs que se disputan en cada comuna durante todo el año. Acción total.

Hinchadas Fervorosas

“En el básquetbol en Chile, Ancud debe ser el único equipo al que la gente lo sigue por Chile con uno o dos buses repletos de hinchas” cuenta el ex jugador y dirigente de la Federación de Básquetbol de Chile, Luís “Caco” Suárez. Y tiene razón, ya que la hinchada ancuditana es reconocida a nivel nacional como una de las más fervorosas. Especialmente, luego de que pasaran por largos 8 años sin participar en competencias a nivel nacional. Pero una exitosa gestión municipal, les tiene de retorno en el concierto cestero chileno desde el año 2002.

“Para nosotros, Ancud es la capital del básquetbol chileno. Siempre tienen sus gimnasios llenos,
sea el partido que sea. Su público tiene una gran respuesta, lo que no ocurre en las demás sedes, donde el público va sólo cuando las campañas son buenas” señala al respecto el presidente de la Dimayor, Luís Cerda

“Esto no se da en ninguna parte de Chile. Tenemos público hasta en los entrenamientos, y jugar a gimnasio lleno cada partido, es una motivación que uno agradece como jugador a los hinchas”, explica el capitán de Deportes Ancud, Patricio Arroyo.

“Aquí, el básquetbol es un evento social. Ancud no es una ciudad muy grande ni de muchas alternativas de entretención, asi que la gente se prepara toda la semana, y junta su plata para asistir al gimnasio. Aquí todo el mundo sabe y habla de básquetbol. Y cuando el equipo pierde, se nota la tristeza en la ciudad. Y al contrario, cuando se gana, andan todos felices en las calles”, agrega el jugador originario de la nortina localidad de Pica, pero que ha logrado sus mayores éxitos en la zona sur del país.

Pero los chilotes no son los únicos. En Valdivia, a pesar de dispares rendimientos deportivos, el público asiste masivamente al Coliseo Antonio Azurmendy para apoyar al Club Deportivo Valdivia, equipo local que les representa en Libsur y Dimayor. "Valdivia ganó nacionales, éramos amos y señores del sur, y teníamos una liga local hasta con 16 equipos todos reforzados con jugadores extranjeros. Eso creó una fuerte tradición y arraigo del básquet en la ciudad, algo que la gente local ya lleva en la sangre, y a pesar de los malos resultados en los últimos años, la sangre tira y no se puede dejar de ir al Coliseo. El CDV no ha ganado nada desde el 2001 por mal trabajo de sus dirigentes, que olvidaron la gestión, la administración y el orden, y se sentaron en la hinchada y tradición ganadora de la ciudad", señala Marco Escobar, coordinador de la revista SoloBásquet, única publicación especializada en básquetbol del país, con sede en la capital de la Región de Los Ríos.

Un poco más al sur, la hinchada de los “Toros” de Osorno, “malacostumbrada” a dar vueltas olímpicas (4 títulos de Dimayor, 5 de Libsur y un sinnúmro en series menores), también da muestras de fidelidad. “El hincha de Osorno es muy cariñoso, apasionado e identificado con sus colores, y siempre está con nosotros en las buenas y en las malas”, indica al respecto el alero del “Provi”, Cristian Pérez.

Y la mayor prueba de ello se dio en el verano pasado, cuando tras el título de la Dimayor conseguido en Los Andes derrotando a Liceo Mixto, y la gran campaña de Osorno en la Liga Sudamericana, los fanáticos de la escuadra lechera no pudieron aceptar que su jugador símbolo Erik Carrasco planeara dejar la institución para ponerse la camiseta del archirival Provincial Llanquihue, al no llegar a acuerdo económico con los dirigentes para la renovación del contrato.

¿Qué hicieron? Cuál teletón, comprometieron y reunieron las platas necesarias para que “Cachete” se quede con ellos. Un gesto que Carrasco agradece. “A mi me sorprendió. Nunca en la historia de un equipo chileno había pasado que los hinchas se reunieran para buscar los recursos para que un jugador se quede. Cuando me contaron, no pude evitar quedarme y comprometerme con el club”

Vecinos y Enemigos

Con fanaticadas tan pasionales como las sureñas, la disputa del honor deportivo se centra en los enfrentamientos clásicos entre equipos de ciudades vecinas.

El de Provincial Osorno y Provincial Llanquihue es el más nuevo de los duelos, pero ha ganado el apelativo de “Superclásico de Chile” por la dura rivalidad entre las escuadras, que siempre disputan los primeros lugares de las competencias. Ello se vio en la final de Dimayor 2002, que ganaron los de Puerto Varas, además de la semifinal del torneo del año siguiente, en la que eliminaron dramáticamente a sus rivales. La venganza de los “Toros” llegó en el 2004, en una de las finales más recordadas y encendidas de los últimos años, cuando con la ventaja de la localía, Osorno derrotó estrechamente al Monstruo del Lago por 103 a 101 en el séptimo partido de la serie final. Venganza consumada.

Pero el multicampeón del básquetbol chileno disputa otro encendido e histórico clásico con sus “vecinos del norte”: Valdivia. La rivalidad que viene desde la disputa del “Provincias del Sur” se ha mantenido en el tiempo, con partidos de asistencia multitudinaria (3500 espectadores por juego en promedio), en los que muchas veces, la pasión supera al básquetbol. Todavía no pocos olvidan las grescas entre hinchadas, las salidas de madre delas bancas técnicas , o la gigantesca rechifla de la hinchada osornina a Jorge “Pistolero” Soto, y los hermanos Patrick y Lino Sáez en el 2006, cuando pasaron a defender al equipo ribereño, tras años de éxitos con la camiseta osornina.

Los valdivianos también tienen su historia particular con Provincial Llanquihue. Esa es una rivalidad en la que tienen la ventaja, al haber derrotado a los de Puerto Varas en la estrecha final de Dimayor 2001, la primera de la historia en disputarse al máximo reglamentario de siete partidos, con riñas y disputa dentro y fuera de las canchas, y que a la postre significó el único título de los del río Calle Calle en la máxima liga nacional, en una temporada recordada por el imponente juego en canchas nacionales del dominicano Jack Michael Martínez, apodado “Huracán” por la prensa sureña, al lograr el insólito récord de 40 puntos promedio por partido.

Y 2 años mas tarde, cuando los de Puerto Varas eran amos y señores del básquetbol nacional, con un plantel en el que destacaban seleccionados nacionales como Patricio Briones, Patricio Arroyo y Rodrigo Espinoza, recibieron a manos del CDV la mas vergonzosa derrota que conste en su historia deportiva: 129-60; resultado que no sólo le costó la cabeza en la banca lacustre al afamado técnico argentino Daniel “Zeta” Rodríguez, sino que además constituye la burla favorita de los hinchas valdivianos a sus similares de Puerto Varas: “Llanqui69”.

Sin embargo, en el 2004, los de Puerto Varas volvieron a sonreír, al adjudicarse el título de Libsur, superando a Osorno y jugando en Valdivia. Nada mejor para sus hinchas.

Por último, pero no menos importante, es el clásico de la Isla de Chiloé, entre Ancud y Castro, enfrentamiento que paraliza a toda la isla, y que obliga a especiales operativos policiales para prevenir desmanes.

“Nadie quiere perder con su tradicional rival. Por eso, son los partidos más esperados, y que se calientan con semanas de anticipación, tanto en los medios de comunicación, como en los foros de las páginas de Internet antes, durante y después del partido”, cuenta Sergio Montoya.

Es el mundo aparte del básquetbol en el sur de Chile, que hoy por hoy gira en torno a la Libsur, en espera del arranque de una nueva temporada de la Dimayor, en la que sin lugar a dudas, el básquetbol seguirá encendiendo al sur de Chile.

Provincias del Sur:
La esencia del Básquetbol Sureño

Fundado en 1946 por 4 periodistas deportivos de diarios de las regiones octava, novena y décima, fue por años la máxima competencia cestera del sur de Chile, que movilizaba a caravanas de hinchadas de distintos puntos hasta la ciudad sede, y que sólo vino a decaer en 1993 por el crecimiento de la competencia oficial de la Dimayor.

El palmarés de este tradicional torneo, señala que Concepción lo ganó en 6 oportunidades Osorno se quedó con 8 títulos; 10 fueron para Temuco, y Valdivia obtuvo el trofeo en 17 oportunidades, incluída su última versión, realizada el año pasado, para celebrar los 40 años del Coliseo Antonio Azurmendy de la capital de la nueva región de Los Ríos.

Las Hinchadas:
Alentando sin cesar

Si bien en todo el sur, el básquetbol es seguido con pasión, tres equipos cuentan con barras que dan un toque especial a cada uno de sus partidos.

“Limite Sur” se llama la hinchada de Provincial Osorno., Con bombos y bengalas, es la típica barra del fútbol traspasada al baloncesto.

Mas al sur, en Puerto Varas, están “Los Incansables de la 6”, tradicional barra de Provincial Llanquihue, que con sus cánticos y serpentinas, es la banda sonora del “Monstruo del Lago”.

Y en la Isla de Chiloé, Deportes Ancud cuenta con su “Sexto Hombre” en las gradas. Liderados por el popular “Cordero”, y a los sones de la tradicional banda bomberil, la barra es el corazón del equipo chilote, al que siguen por todo el país .

“María Gallardo” y “Antonio Azurmendy”:
Los escenarios de lujo del cesto nacional

No podía ser de otra forma. En el sur, están los dos mejores gimnasios del básquetbol chileno. En Osorno, está el Gimnasio Monumental María Gallardo, gigante de concreto con capacidad para unos 3500 espectadores emplazado en lo alto de la Villa Olímpica del sector Pilauco, inaugurado en 1997.

Bautizado con el nombre de la jugadora osornina que lideró la selección chilena vicecampeona mundial de baloncesto femenino 1954, la sede de los “Toros” albergó en los años 2001 y 2007 a la Liga Sudamericana de Básquetbol.

110 kilómetros más al norte, en la ciudad de Valdivia, se emplaza el Coliseo Municipal Antonio Azurmendy Riveros, quien fuese el dirigente símbolo y motor del básquetbol valdiviano. Con amplios accesos, cómodas instalaciones, y un monumental tablero marcador de cuatro caras, es por lejos, el gimnasio más moderno del país, el que incluso hoy está siendo remodelado para albergar al próximo Torneo Preolímpico Femenino.

Con capacidad para 3700 espectadores, ha recibido hasta unas 6 mil personas en los múltiples eventos que ha albergado, desde su inauguración para el Mundial Masculino Extraordinario de 1966, como los Sudamericanos de Selecciones en 1977 y 2001, y el Sudamericano de Clubes Campeones de 2002, en el que el Club Deportivo de Valdivia se alzó con el segundo lugar.

Erik Carrasco:
La Postal de la Pasión Cestera

Jugando en su casa, Provincial Osorno se quedó con la apretada final de la Dimayor 2004, frente a un equipo de Provincial Llanquihue plagado de seleccionados nacionales y liderado por Lawrence Wallace, uno de los extranjeros más desequilibrantes vistos en los últimos años en las canchas nacionales, y que hizo suspirar a todo el sur de Chile con un largo lanzamiento en el último segundo, que pudo darle el tricampeonato a los de Puerto Varas.

En medio de la euforia de su hinchada, que repletó la cancha con banderas y bengalas, el joven base de los “Toros”, Erik Carrasco trepó al cesto sur del gimnasio, y levantó los brazos mirando al cielo en señal de triunfo. “Para mi, esa foto es una postal. La miro, y me emociona, porque el haber salido campeón en una final tan pareja como esa, que pudimos perder en el último segundo, significó mucho para mi”, dice uno de los mejores jugadores del baloncesto nacional.

¿Y qué pasó por tu cabeza en ese momento?
“Locura… pasión…Era un sueño de niño hecho realidad. Una celebración inusual… un momento único para mi, para mis compañeros de equipo, y para la gente que quiere al club”

TEXTOS: Juan Rafael Maldonado
Fuente: D13 La Revista

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