Argentina juega sin invicto esta noche frente al combinado de los Estados Unidos y clasificada para las finales de este evento. Como el clásico es en Las Vegas no pecaríamos al decir que las apuestas están de un solo lado; hace apenas 10 días, se decía lo mismo, cuando los pronósticos daban como seguros ocupantes de las dos plazas disponibles para los Juegos Olímpicos del próximo año a Brasil y a los dueño de casa.
Los argentinos llegaban sin seis de sus figuras, inclusive el ya mítico Manu Ginobili, que en esta misma fecha acaba de solicitarle al Néstor Kirchner, Presidente de la Nación , un polideportivo para Bahía Blanca. Las especulaciones sobre la cabeza de Sergio Hernández jamás han desaparecido. Ahora con un equipo diezmado, Leo Gutiérrez, Luis Scola y Federico Kammerichs como únicos sobrevivientes del último Pre-Olímpico, y con un grupo al que no se le dejó de cuestionar, no importando la solvencia de los nombres, se mantiene en la cresta de la ola.
Era que Brasil se mostraba impresionante con todas sus figuras. Los locales iban por todo, tratando de demostrar que ellos son los mejores en la disciplina y el resto lucharía por el repechaje. Un panorama desalentador para las restantes ocho selecciones.
Pero Argentina cumplió y el sábado tendrá su compromiso más importante, frente a un rival aun por definir. Ganar este día es asegurarse el visado para China.
Qué han hecho los argentinos para mantenerse en el tope, jugar con solvencia y ser un equipo importante, una sola cosa: trabajar sin especulaciones. Todo este sueño, esta “generación dorada” tiene muchos dueños, inclusive yo me incluyo dentro de ellos, pero ha sido una incesante labor que no ha conocido pausas, pero tampoco prisas. Han existido sus apremios, pero se ha “aparejado la carga”; crisis han habido, pero se han solucionado; y también sus simas, las que han terminado zanjadas.
En esta, como en otras muchas competiciones, no se ha regalado nada. Mientras los argentinos esperan, las restantes selecciones con posibilidades para clasificar hacen agua, inclusive Brasil podría quedar fuera del repechaje. Hoy es una fecha importante. Tiago Splitter, ese jugador que todos quisiéramos clonar señaló: “ahora mismo, Argentina juega mejor que todos”.
Sacar balance entre lo realizado por Argentina y lo que ha hecho la República Dominicano en el mismo lapso es un ejercicio interesante. Hace 20 años las cosas eran diferentes. Podíamos decir que estábamos a la par, saltar sobre la duela era un enigma y las victorias podían ser para uno y otro. Pero nos quedamos en el camino. No se hicieron las gestiones necesarias para continuar creciendo, todos nuestros pasos parecen que han sido en menoscabado del deporte.
Nuestros directivos se han mostrado ajenos a montar un proyecto nacional de envergadura, los entrenadores han pasado a ser simples fanáticos, los jugadores poseen múltiples lagunas y hasta la prensa se ha vuelto contemplativa. El baloncesto dominicano de estos tiempos no ejecuta, ahora queremos ser Ginobili, Carmelo Anthony o Kobe Bryant, pero sin fundamentos. Se aprendía más y había más interés con aquella La Hora del Baloncesto que iniciaron Andrés Vanderhorst y Leandro De La Cruz , repitiendo partidos de Puerto Rico, que con todo el glamour de la NBA.
El mismo De La Cruz , Fernando Teruel, Osiris Duquela, Humberto Rodríguez y otros han sido golpeados el calendario, pero el relevo no acaba de llegar. Y qué de los llamados a reemplazar a Hugo Cabrera, Winston Royal, José –Boyón- Domínguez, Eduardo Gómez, Evaristo Pérez, José –El Grillo- Vargas y tantísimos más. Ginobili, Oberto, Scola, Delfino, Kammerichs, Herrmann, Gabriel Fernández, Pepe Sánchez, y otros argentinos más que juegan en Europa y Estados Unidos son productos “made in Argentina”, exportables.
Aquí hemos tenido como vara de salvación la grandísima emigración hacia Estados Unidos y ello ha dado ciertos resultados, pero mirar siempre ese espejo es pintarse pajaritos volando. Mientras no haya trabajo, compromiso y responsabilidad, continuaremos quedando fuera de las competiciones de primer nivel.
El tema es amplio, pero la paciencia del lector se hace corta. Mientras vemos el Pre-Olímpico una y otra vez, el sábado seguro Argentina le pondrá la frutilla al poste.
Luis R. Madera Campillo
Los argentinos llegaban sin seis de sus figuras, inclusive el ya mítico Manu Ginobili, que en esta misma fecha acaba de solicitarle al Néstor Kirchner, Presidente de la Nación , un polideportivo para Bahía Blanca. Las especulaciones sobre la cabeza de Sergio Hernández jamás han desaparecido. Ahora con un equipo diezmado, Leo Gutiérrez, Luis Scola y Federico Kammerichs como únicos sobrevivientes del último Pre-Olímpico, y con un grupo al que no se le dejó de cuestionar, no importando la solvencia de los nombres, se mantiene en la cresta de la ola.
Era que Brasil se mostraba impresionante con todas sus figuras. Los locales iban por todo, tratando de demostrar que ellos son los mejores en la disciplina y el resto lucharía por el repechaje. Un panorama desalentador para las restantes ocho selecciones.
Pero Argentina cumplió y el sábado tendrá su compromiso más importante, frente a un rival aun por definir. Ganar este día es asegurarse el visado para China.
Qué han hecho los argentinos para mantenerse en el tope, jugar con solvencia y ser un equipo importante, una sola cosa: trabajar sin especulaciones. Todo este sueño, esta “generación dorada” tiene muchos dueños, inclusive yo me incluyo dentro de ellos, pero ha sido una incesante labor que no ha conocido pausas, pero tampoco prisas. Han existido sus apremios, pero se ha “aparejado la carga”; crisis han habido, pero se han solucionado; y también sus simas, las que han terminado zanjadas.
En esta, como en otras muchas competiciones, no se ha regalado nada. Mientras los argentinos esperan, las restantes selecciones con posibilidades para clasificar hacen agua, inclusive Brasil podría quedar fuera del repechaje. Hoy es una fecha importante. Tiago Splitter, ese jugador que todos quisiéramos clonar señaló: “ahora mismo, Argentina juega mejor que todos”.
Sacar balance entre lo realizado por Argentina y lo que ha hecho la República Dominicano en el mismo lapso es un ejercicio interesante. Hace 20 años las cosas eran diferentes. Podíamos decir que estábamos a la par, saltar sobre la duela era un enigma y las victorias podían ser para uno y otro. Pero nos quedamos en el camino. No se hicieron las gestiones necesarias para continuar creciendo, todos nuestros pasos parecen que han sido en menoscabado del deporte.
Nuestros directivos se han mostrado ajenos a montar un proyecto nacional de envergadura, los entrenadores han pasado a ser simples fanáticos, los jugadores poseen múltiples lagunas y hasta la prensa se ha vuelto contemplativa. El baloncesto dominicano de estos tiempos no ejecuta, ahora queremos ser Ginobili, Carmelo Anthony o Kobe Bryant, pero sin fundamentos. Se aprendía más y había más interés con aquella La Hora del Baloncesto que iniciaron Andrés Vanderhorst y Leandro De La Cruz , repitiendo partidos de Puerto Rico, que con todo el glamour de la NBA.
El mismo De La Cruz , Fernando Teruel, Osiris Duquela, Humberto Rodríguez y otros han sido golpeados el calendario, pero el relevo no acaba de llegar. Y qué de los llamados a reemplazar a Hugo Cabrera, Winston Royal, José –Boyón- Domínguez, Eduardo Gómez, Evaristo Pérez, José –El Grillo- Vargas y tantísimos más. Ginobili, Oberto, Scola, Delfino, Kammerichs, Herrmann, Gabriel Fernández, Pepe Sánchez, y otros argentinos más que juegan en Europa y Estados Unidos son productos “made in Argentina”, exportables.
Aquí hemos tenido como vara de salvación la grandísima emigración hacia Estados Unidos y ello ha dado ciertos resultados, pero mirar siempre ese espejo es pintarse pajaritos volando. Mientras no haya trabajo, compromiso y responsabilidad, continuaremos quedando fuera de las competiciones de primer nivel.
El tema es amplio, pero la paciencia del lector se hace corta. Mientras vemos el Pre-Olímpico una y otra vez, el sábado seguro Argentina le pondrá la frutilla al poste.
Luis R. Madera Campillo
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